Primero, las buenas noticias: OSINFOR, la única institución estatal que está combatiendo la tala ilegal de manera efectiva en los bosques de la Amazonía peruana – cruciales en la lucha contra el cambio climático – ha recuperado su independencia tras verse debilitado hace tan solo unos meses. Este es un paso importante a la hora de asegurar que el problema de la tala ilegal continúe siendo abordado de manera efectiva.
Pero se trata solo de un pequeño paso para resolver los múltiples problemas que aún persisten en la cadena de suministro de la madera peruana. Un pequeño paso para ayudar también a proteger uno de los bosques tropicales más importantes del planeta de la tala ilegal descontrolada.
Hay una gran lista de problemas aparentemente infranqueables a la hora de solventar la degradación continuada de la Amazonía peruana por parte del sector maderero, que implican a diversas instituciones estatales.
Para empezar, existe un problema de conflicto de interés - los gobiernos regionales, que a menudo han sido puestos en evidencia por emitir permisos corruptos para ayudar a lavar madera, son los que se encargan de inspeccionar y aprobar esos mismos permisos y los aserraderos a través de los cuales se lava la madera.
Se dan también problemas relacionados con la autoridad nacional forestal, SERFOR, que ha limitado, de manera activa, la trazabilidad a lo largo de la cadena de suministro, haciendo que resulte más difícil para su Dirección de Control de la Gestión del Patrimonio Forestal de rastrear la madera para asegurar la legalidad de su origen. Además, SERFOR no ha sancionado de manera efectiva a las personas que han falsificado planes operativos en áreas de aprovechamiento. Esto constituye una clara obstrucción y negligencia por parte de una institución gubernamental cuyo mandato es precisamente asegurar que los bosques sean gestionados de manera sostenible.
Aún hay más: existen problemas importantes con las empresas madereras y con la manera en que continúan adquiriendo y vendiendo grandes volúmenes de madera ilegal sin que apenas haya consecuencias.
Para rematar, los gobiernos regionales y SERFOR no están proporcionando información esencial a OSINFOR, y con ello minan su capacidad de ser un supervisor efectivo.
Todos estos temas pueden parecer muy complejos de resolver, y requieren reformas en muchas de las instituciones involucradas, cuyas funciones a menudo se superponen.
Sin embargo, ahora que los bosques tropicales se vuelven aún más importantes a la hora de luchar contra la crisis climática, abordar estos problemas resulta imprescindible. Y si subdividimos estos retos en sus elementos fundamentales, centrándonos en lo que podría resultar viable, podemos ver algo de luz a través del bosque.
Otorgar mayores poderes a OSINFOR
Un primer paso para el gobierno peruano podría ser responder a las repetidas peticiones de OSINFOR de expandir su mandato, de manera que pueda abordar de manera más eficiente el lavado de madera, y así cumplir con una de sus funciones principales, relativa a la conservación de los bosques de la Amazonía. Esto incluiría:
- Otorgar a OSINFOR el poder de inspeccionar y sancionar áreas de aprovechamiento que actualmente se encuentran fuera de su mandato. Algunas de dichas áreas están emergiendo como nuevos vehículos de lavado de madera. El lavado de madera ocurre cuando los documentos de un área autorizada se emplean para extraer madera de otra área no autorizada. Constituye un enorme problema para los bosques peruanos.
- Las áreas que OSINFOR debería poder inspeccionar para atajar este problema incluye áreas donde los gobiernos regionales han autorizado la tala rasa de los bosques para dar paso a la agricultura, así como las plantaciones en tierras privadas y comunales, y otras áreas donde la madera se extrae como resultado de actividades mineras, petrolíferas y gasíferas, y de construcción de infraestructuras.
- Ampliar el mandato de OSINFOR para incluir la capacidad de inspeccionar aserraderos, auténticos agujeros negros en la cadena de suministro que impulsan activamente la tala ilegal a través de una demanda constante y no supervisada de madera ilegal.
- Garantizar a OSINFOR la capacidad de caducar áreas de aprovechamiento que estén siendo empleadas como vehículos de lavado, y que actualmente OSINFOR no tiene el poder de caducar. En particular, esto atañe a los bosques locales creados bajo el régimen legal anterior que aún se encuentran operativos.
Pero para que OSINFOR mejore su trabajo, necesita también el apoyo de otros.
Apoyo de los gobiernos regionales
Durante muchos años, los gobiernos regionales han sido extremadamente lentos a la hora de informar a OSINFOR cuando establecen áreas de aprovechamiento o aprueban planes operativos dentro de ellas. En algunos casos, ni siquiera les han informado.
La ley requiere que los gobiernos regionales informen a OSINFOR dentro de los 15 días laborable siguientes al establecimiento de estas áreas. Pero, según las estadísticas producidas por el mismo OSINFOR, en 2018 no lo hicieron en un alarmante 86% de las ocasiones.
En la práctica, esto implica que, para cuando OSINFOR ha sabido sobre la aprobación de un plan operativo y va a inspeccionarlo, la tala ilegal ya ha tenido lugar y el daño ya se ha hecho.
El gobierno peruano podría comenzar a resolver este problema, por ejemplo, asignando a uno de los técnicos regionales de SERFOR de lo departamentos de Loreto y Ucayali. Casi el 70% de la madera en rollo que se produce en Perú proviene de estos dos departamentos.
Estos son departamentos donde los gobiernos regionales aprueban cada año la mayor cantidad de planes de aprovechamiento de madera. SERFOR cuenta con oficinas en ambos, y a través de ellas se supone que deben proporcionar apoyo a los gobiernos regionales. Enviar a un empleado de SERFOR ya existente a una oficina del gobierno regional podría ser crucial a la hora de proporcionar apoyo. Podrían hacer un seguimiento de la aprobación de planes operativos que realizan los gobiernos regionales, y ayudar a enviarlos a las oficinas de OSINFOR de esas mismas regiones inmediatamente después de su aprobación.
Además, los empleados de los gobiernos regionales susceptibles de ser corrompidos también encontrarían más difícil aprobar planes operativos falsos, o permitir el lavado de madera a través de los mismos, si supieran que alguien está escrutando sus actividades. Los empleados honestos, por su parte, podrían contar con un apoyo muy positivo.
Todo ello podría hacerse de manera relativamente sencilla, reasignando algunos de los recursos actuales del SERFOR para asegurar que esta labor sencilla pero importante pueda llevarse a cabo. Esto no constituye en absoluto una recomendación prescriptiva, sino un ejemplo práctico de una posible medida que podría ayudar a mejorar la situación sin necesidad de dedicar recursos adicionales.
Seguir avanzando
Hay otras muchas reformas que resultan necesarias a la hora de mejorar la relación de los gobiernos regionales y la industria maderera. Lo mismo podría decirse de la relación entre SERFOR y la industria. Pero tomará tiempo solucionar todos estos importantes problemas.
Mientras tanto, las soluciones que se enfoquen en mejorar la eficacia de OSINFOR, tales como la aquí propuesta, podrían implementarse de manera sencilla empleando recursos ya disponibles de forma más eficiente, ayudando con ello a Perú a proteger sus bosques. Esto mandaría un importante mensaje al mundo de que el gobierno toma muy en serio la resolución del persistente y extendido problema de la tala ilegal.